Septiembre de 1886. Para el alguacil
Bill Carson la monotonía de su cometido en la ciudad de Silver City se verá rota
con la llegada de un preso y su custodio. Este hecho fortuito será el comienzo
de una serie de extraños sucesos que irá transformando, lenta pero
inexorablemente, la vida de esta comunidad minera amparada en las montañas
Owyhee, en el territorio norteamericano de Idaho. Cada nuevo día significará
para el sobrio alguacil un despertar a nuevos
acontecimientos, cuyo nudo irá envolviéndolo a él y sus ayudantes en un
abrazo oscuro y mortal.
A tan solo una semana de la captura del
célebre apache Gerónimo, la novela se permite además hacer un ameno recorrido a
través de los sucesos más significativos de lo que fue la conquista del Oeste.
Por sus páginas desfilan, entre otros muchos, pistoleros e indígenas célebres,
las cuitas del ferrocarril, las guerras entre indios y colonos, la fiebre del
oro, Lincoln, los evangelizadores, la agencia de detectives Pinkerton, y un
surtido de personajes históricos y reales que pincelan convenientemente la
trama, tales como el médico Lipinkott, la familia Stoddard, el detective James
McParland, Lobo Gris, y muchos más.
Si cruzáramos Río Bravo de Howard Hawks con Salems
Lot de Sthephen King, tendríamos una obra tan intensa, original y
fascinante como El sueño de la oscuridad,
capaz de atraparnos desde el comienzo y transportarnos a un mundo vívido y
apasionante del que difícilmente podremos sustraernos, aun cuando alcancemos el
final de la novela.
En definitiva, estamos ante una obra
genuina, capaz de aunar con gran precisión historia, misterio y aventura en una
época convulsa y fascinante del viejo Oeste. Un género olvidado que ahora su
autor coloca en el punto de mira de los lectores actuales.
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